jueves, agosto 2
Y el mundo cerró los ojos y siguió
Pero a nadie le importan los niños, los muertos, a nadie los niños que viajan solos por el país de los muertos, y para qué, te dices, abrir los ojos al país de los ciegos, abrir los ojos hoy, mañana, para siempre. Leopoldo María Panero
Algo pasó hace poco. Un niño muerto. Asesinado por otro niño. El dolor de su polola, una niña. Y el miedo de volver a salir. Y el mundo cerró los ojos y siguió girando, como si nada. Como si fuera tan normal que niños carguen armas; que en lugar de golpear la pelota, golpean las cabezas de otros. Como si fuera normal que existan cárceles para menores de edad. Y todos cierran los ojos y siguen en su vida. Arriba del mundo, si dar vuelta la cabeza, sin querer mirar. El horror se pasea tranquilo por las noticias haciéndose cada vez más cotidiano. Pero la verdad es que duele en el estómago pensar que esos niños que tienen el poder de la violencia, son violentados cada día por quienes debían amarlos y protegerlos. Hay algo que no está funcionando. No entiendo bien qué es. Cuándo dejamos de cuidarnos, cuándo comenzó a ser peligroso encumbrar un volantín en la cuadra. Qué pasó con los juegos, la bicicleta, la magia y los cuentos. Sólo espero que el mundo mire un momento de reojo y se sorprenda y se horrorice y tiemble completo. A ver si así algo puede cambiar.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
sin comentarios, pues... Viste q tienes q puro escribir???
Te quiero mucho!!!!
...aunq aún me debas la juntada para celebrar mi viaje!!
...esperaré...
Publicar un comentario