Bueno, para los que no saben, cuando era pequeña... sí más que ahora, específicamente en primero básico, conocí a esta niña. Pancha Silva, tan pequeña y buena pal tonteo como yo.
Entonces el diablo, que nos había puesto juntas, nos hizo convertirnos en buenísimas amigas.
Además, cosa realmente importante cuando uno tiene 6 años, nos llamábamos igual.
Pasaron los años y las idas a la playa con mi papá, la Paloma, la Jenny y la Pancha Silva; eran cosa de cada verano.
Lo pasábamos demasiado bien. Cuando nos quedábamos viendo "Pesadilla" con 700 kilos de snack comprados especialmente para la ocasión.
O las miles de veces que nos quedamos en su dpto, con sus pequeñas hermanas... claro que ahora de pequeñas tienen nada.
Después, me cambié de colegio, pero seguimos juntándonos. Yo me iba en las vacaciones a Victoria, un campo estupendo que nos daba muchísimas posibilidades de imaginar. Como ir a explorar entre los colihues con nuestras enormes botas de agua o armar casas con los fardos que nos dejaban especialmente para jugar o intentar entrenar a los perros (que nunca nos pescaron mucho) y cuando llovía, Mario Bross era nuestro salvavidas.
Ahí vimos el mundial del 92 babeando por Italia (claro que nos dividíamos los minos, así que no había problemas), mientras todo el resto hinchaba por Argentina. Peleando con el César, su hermano mayor, comiéndonos el Nestum de la Paula y molestando a la Javiera.
En esa casa escuchamos, en una radio grande que había, a Sexual Democracia y no entendíamos cuando Miguel Barriga decía "cuando ya no pueda hacerte la 69 en números romanos".
Y así pasamos la niñez, entre viajes al sur, películas, idas a Fantasilandia, conversaciones hasta la madrugada...
Entonces, entramos a la U. y cada vez nos vimos menos, nos llamamos menos. La Pancha ya vivía en el sur y cuando a veces venía a Stgo, nos encontrábamos. Era extraño, porque podía pasar mucho tiempo, pero cuando nos veíamos... siempre me daba la sensación de que nos habíamos visto recién.
Así me enteré que su hermano iba a ser papá... pucha, dijimos, tan re chico. Y luego... mi socia, también embarazada.
Cuando conocí a la Valentina tenía 1 año y nosotras, mundos muy distintos.
6 años después, gracias al ciber espacio, nos volvimos a encontrar.
El tiempo y sus mil vueltas volvió a unirnosy a juntar nuestros mundos. Fue bueno volver a tenerte amiga, hacías falta en mi vida y en los recuerdos. Porque eres parte importante de mi historia. Y aunque nos falten mil cafecitos, doscientas cervezas y como un trillón de puchos para ponernos al día, como cada vez, siento que nos vimos ayer.
Te requiero
Nos vemos en el sur!!!!
lunes, junio 2
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que lindo!!!!!!!!!!!!!!, yo también siento lo mismo cada vez que la vida y sus miles de vueltas nos vuelve a juntar, ojalá que ya no nos volvamos a perder, porque la próxima vez la tecnología nos habrá ganado y será dificil encontarse de nuevo jajajajaja, te kiero mucho amiga